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    Informe de evaluación del impacto financiero de los riesgos asociados al cambio climático

    Ejercicio 2022


    Con la ley 7/2021 de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, se busca asegurar tanto la neutralidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en España como un sistema energético eficiente y renovable, facilitando una transición adecuada. Esta transición debe abordar los mecanismos sociales y económicos centrándose, a su vez, en trabajadores, industrias y organizaciones que serán quienes se enfrentarán a los retos más importantes provocados por el cambio climático.

    Para lograr un modelo sostenible se tendrá en cuenta la satisfacción de las necesidades presentes sin que se comprometan las necesidades y posibilidades de generaciones futuras. Todo ello puede tener importantes consecuencias a medio y largo plazo en la evolución de los mercados o la depreciación de determinados activos. Por esta razón, se crea la obligación y la necesidad de trabajar en la identificación, evaluación y gestión de los riesgos climáticos.

    El art. 32.2 de esta Ley establece que las entidades aseguradoras divulgarán y remitirán a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones un informe de carácter anual, en el que se haga una evaluación del impacto financiero sobre la propia entidad de los riesgos asociados al cambio climático generados por la exposición a este de su actividad, incluyendo los riesgos de la transición hacia una economía sostenible y las medidas que se adopten para hacer frente a dichos riesgos.

    Para dar cumplimiento a lo anterior, nuestra Compañía elabora el presente Informe de Evaluación del Impacto Financiero de los Riesgos Asociados al Cambio Climático referente al ejercicio 2022, recogiendo, a falta de un real decreto que desarrollo su contenido, los aspectos establecidos en el art. 32.5 de la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética.


    1. Actividad de la Compañía y nivel de exposición a los riesgos asociados al cambio climático

    La penetración del sector asegurador en países desarrollados como el nuestro es elevada. Gracias a ello muchas de las pérdidas económicas generadas por eventos relacionados con el cambio climático podrían ser soportadas en gran medida por el sector asegurador, aumentando la resistencia financiera de aquellas personas directamente afectadas por eventos adversos.

    La brecha de protección del seguro (diferencia entre la cobertura de seguros necesaria y la cobertura efectivamente adquirida) representa el potencial daño financiero generado por catástrofes que no está cubierto por el seguro. Gracias a la diversificación de riesgos, esta brecha se reduce considerablemente a nivel individual sin poner en peligro la capacidad financiera del sector asegurador, conforme aumenta la contratación de productos aseguradores sobre daños, e incluso sobre la propia vida, si bien el riesgo de aumento de la mortalidad a consecuencia del cambio climático disminuye en proporción al desarrollo y al avance tecnológico de economías como la nuestra.

    Precisamente, es necesario destacar que la actividad de la Compañía se centra en la comercialización de seguros de vida clásicos con capital garantizado, diseñados para que las personas puedan realizar una adecuada planificación financiera que les permita proteger a su familia en caso de fallecimiento, y tener la necesaria seguridad económica ante la contingencia de jubilación.

    Por tanto, como empresa de servicios de aseguramiento especializada en los riesgos asociados a la vida humana, nuestra Sociedad no está expuesta a riesgos significativos relacionados con el cambio climático, ni por motivo de su operativa habitual ni por motivo de su actividad económica, más allá de la eventual influencia del cambio climático sobre la salud y el modo de vida de las personas. A su vez, en relación con los riesgos de sostenibilidad de tipo social, la actividad de nuestra Compañía contribuye muy positivamente al desarrollo de la sociedad a corto, medio y largo plazo, puesto que, gracias a la mutualización de los riesgos, logra mejorar la seguridad económica y la tranquilidad de un gran número de agentes económicos frente a las incertidumbres que podría depararles el futuro.

    A través del reaseguro las compañías aseguradoras como la nuestra ceden parte de sus riesgos a varias reaseguradoras, estableciendo un límite a partir del cual, en caso de siniestro, la reaseguradora se hará cargo de las indemnizaciones que corresponderían a la compañía aseguradora. De este modo, incluso un hecho catastrófico que provocase un incremento en la mortalidad tan extendido que pudiera impactar desfavorablemente en las cuentas de nuestra Compañía, se vería mitigado gracias al reaseguro. Y, en todo caso, gracias a la existencia del Consorcio de Compensación de Seguros, en cuyo origen tuvo un papel fundamental y precursor el fundador de nuestra Compañía, D. Jesús Huerta Peña, los riesgos extraordinarios (inundaciones, tornados, tempestades ciclónicas atípicas o vientos fuertes superiores a 120 km/h, etcétera) se encuentran cubiertos por dicha entidad pública empresarial, a través del pago de un recargo que se incluye en todas las pólizas de seguros contra daños, vida y accidentes contratadas en España.

    Finalmente, como parte de su actividad la Compañía desarrolla una importante función inversora con el objetivo de lograr una rentabilidad previsible y segura a largo plazo que le permita hacer frente a sus compromisos aseguradores. Las empresas, activos y modelos de negocio subyacentes a dichas inversiones están bien diversificados, pudiendo, sin embargo, estos sí, verse individualmente expuestos a riesgos relacionados con el clima, lo cual a su vez podría afectar al valor de estas inversiones o a su rentabilidad. A estos efectos nuestra Sociedad siempre procura analizar sus inversiones con una perspectiva de muy largo plazo, evitando aquellas con un perfil más arriesgado o poco sostenible y a igualdad de circunstancias dando preferencia a aquellas que se encuentran menos expuestas al riesgo de cambio climático.


    2. Funciones que desempeñan los distintos órganos de la estructura de gobierno de la Sociedad en relación con la identificación, evaluación y gestión de los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático.

    El Consejo de Administración de la Compañía es el órgano encargado de definir, entre otros aspectos, la estrategia y el modelo de negocio de la Sociedad, y de aprobar las políticas escritas que conforman su Sistema de Gestión de Riesgos, controlando su evolución y cumplimiento. En dichas políticas se identifican y evalúan los riesgos ambientales asociados al cambio climático que podrían afectar a la Compañía, y se establecen, en caso necesario, las medidas mitigadoras oportunas.

    La Dirección General nombrada por el Consejo de Administración establece los principios y compromisos en relación con la responsabilidad medioambiental y social de la Compañía, y supervisa la integración de la información financiera y no financiera de carácter ambiental, social y de gobierno corporativo.

    La Función de Gestión de Riesgos a través de su responsable analiza el impacto concreto que sobre la Compañía podrían tener los riesgos climáticos y propone las modificaciones que correspondan en las distintas políticas de gestión de riesgos. En particular los riesgos climáticos se desarrollan en las Políticas de Gestión de los Riesgos de Suscripción, de Concentración, Operacional y de Inversión, además de en el Inventario de Riesgos Emergentes.

    Los diferentes Departamentos Operativos de la Compañía contribuyen periódicamente al desempeño de la Compañía con respecto a cada programa ambiental en vigor, incluyendo el seguimiento de aquellas líneas de acción relacionadas con el cambio climático y tratando de minimizar, en su día a día, el consumo de recursos y energía.


    3. Enfoque estratégico, tanto en términos de adaptación como de mitigación, para gestionar los riesgos financieros asociados al cambio climático que afectan a la Compañía, teniendo en cuenta los riesgos ya existentes y los que puedan surgir en el futuro, identificando las acciones necesarias en dicho momento para la mitigación de tales riesgos.

    Para valorar este punto del Informe, la Compañía debe situarse y posicionarse en escenarios muy hipotéticos y casi nulos debido a que su actividad no está particularmente expuesta a los riesgos climáticos. Es decir, si se produjera un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, el modelo de negocio de la Compañía no sufriría un impacto significativo y, desde el punto de vista operacional, la actividad de la Sociedad se vería impactada en la misma forma en la que también lo fueran otras empresas de servicios cuyo centro administrativo estuviera ubicado en la ciudad de Madrid. Por este motivo, la Compañía no se centra en suponer medidas que mitiguen estas situaciones extremas, sino que se centra en apoyar y colaborar para minimizar el riesgo de cambio climático general, aplicando medidas y políticas más sostenibles.

    La Compañía ha logrado durante los últimos años una reducción apreciable de los consumos energéticos de todas sus oficinas e inmuebles en alquiler. Para ello se han implementado diversas medidas de ahorro que permiten reducir el consumo energético y la huella de carbono producidos. Entre otras, se ha dotado de repartidores de coste y válvulas termostáticas de corte automático a los sistemas de calefacción central; se han incorporado medidas de ahorro y eficiencia energética tales como la mejora de algunos aislamientos; se han instalado placas solares fotovoltaicas para cubrir la demanda de energía eléctrica de las zonas comunes de 11 edificios propiedad de la Compañía destinados al arrendamiento; se ha generalizado el uso de la iluminación LED; se ha incrementado el uso de las tecnologías informáticas para reducir los viajes del personal y el consumo de papel; y se ha cubierto la demanda de electricidad de las oficinas centrales de la Sociedad con la producción de energía eléctrica mediante paneles solares fotovoltaicos.

    Cabe destacar que la Compañía no desarrolla una actividad particularmente contaminante ni intensiva en la producción de gases de efecto invernadero, por lo que tampoco se verá sensiblemente afectada por un aumento de las regulaciones y la presión social para reducir las emisiones de CO2.

    Un escenario de catástrofe climática en el que el descontrol del clima llegara a producir una grave y prolongada crisis económica o social sí podría tener un impacto negativo sobre la Compañía. No obstante, las probabilidades de este escenario tan catastrófico se consideran prácticamente nulas, especialmente teniendo en cuenta que los cambios climáticos son por naturaleza de lento desarrollo, lo que daría tiempo a la Compañía y al resto de la sociedad para poder adaptarse, o al menos mitigar, los impactos que fueran más negativos. En cualquier caso, todos los edificios e instalaciones de la Compañía se encuentran debidamente asegurados contra daños, y por ello, en el hipotético caso de que a consecuencia del cambio climático aumentase el riesgo de siniestro, a través del reaseguro y el propio Consorcio de Compensación de Seguros, dichos riesgos se verían mitigados de manera muy sustancial.

    Por otro lado, también hay que ponderar que en todo el mundo se están realizando o se encuentran planificadas elevadas inversiones en los próximos años con el objetivo de reducir la producción y presencia en la atmósfera de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Estas inversiones consumen recursos que podrían emplearse en otras actividades productivas, y en la medida en que no resultasen útiles para reducir el calentamiento global (bien porque las predicciones sean poco precisas o exageradas, o bien porque a pesar de las inversiones realizadas, el aumento de las temperaturas se produzca de todos modos), el ritmo de desarrollo económico mundial podría verse disminuido sin lograrse nada a cambio. No obstante, esta posibilidad tampoco supone un riesgo elevado para la Compañía porque, por un lado, realiza una actividad poco expuesta a los riesgos climáticos y, por otro, porque el posible impacto financiero sufrido debido una hipotética recesión económica de origen climático estaría en línea con el sufrido por el resto de la economía.


    4. Impactos reales y potenciales de los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático en las actividades de la Compañía y su estrategia, así como en su planificación financiera.

    Como empresa familiar y responsable la Sociedad es gestionada a largo plazo con criterios basados en la solidaridad intergeneracional y en consonancia con el carácter, también a largo plazo, de las garantías de capital de los seguros de vida clásicos que suscribe con sus clientes

    En este sentido, y teniendo en cuenta la importancia que proyecta la Compañía hacia el futuro y el largo plazo, el apoyo a las generaciones futuras y sus necesidades forma parte de la esencia de la organización. Por tanto, la Sociedad es un proyecto empresarial plenamente sostenible que vigila continuamente los factores y riesgos de sostenibilidad que la pudieran afectar para conseguir este objetivo, tanto en su ámbito de actuación directa, como en relación con su actividad inversora.

    A este respecto, la cartera de inversiones de la Compañía se concentra en deuda pública del Reino de España la cual, por definición, es una inversión muy segura, sostenible y socialmente responsable. Además, la Compañía realiza una gestión pasiva de su cartera de inversiones, con un horizonte temporal a muy largo plazo. Por tanto, los riesgos de sostenibilidad de la cartera son poco significativos, y se tienen en cuenta en general desde un punto de vista principalmente cualitativo evaluando la capacidad que tienen las empresas en cartera para seguir generando una rentabilidad estable y creciente a largo plazo.

    Las inversiones que realiza la Compañía son poco relevantes en relación con el tamaño de las empresas en las que se invierte, por lo que la actividad inversora de la Compañía no tiene un impacto apreciable en los riesgos y factores de sostenibilidad de sus inversiones. Por otro lado, con carácter general, la Compañía no participa en la gestión de las empresas participadas y tampoco desarrolla una política de inversión activista en relación con sus derechos de voto. Por estos motivos, la Compañía no realiza un seguimiento estrecho de los posibles impactos negativos que puedan tener sus decisiones de inversión en los factores de sostenibilidad de las empresas en las que se invierte estando, como ya se ha indicado, la cartera de inversiones muy concentrada en deuda pública del Reino de España.

    Debe destacarse que la Compañía no comercializa productos calificados o publicitados como sostenibles, si bien en caso de que dichos productos llegaran a desarrollarse, la estrategia y decisiones de inversión relativas a la cartera de inversiones asociadas a dichos productos reflejarían las preferencias de inversión de sus clientes.

    La política de remuneraciones de la Sociedad es coherente con la minimización e integración de los riesgos de sostenibilidad gracias al reducido peso y el diferimiento que tienen las remuneraciones variables de sus máximos responsables, a su prolongada vinculación con la Compañía y a la concentración de las inversiones en deuda soberana, todo lo cual favorece una gestión sana y prudente basada en la excelencia reputacional y la visión a largo plazo que son propias de una empresa familiar y, por tanto, plenamente sostenible.


    5. Procesos de identificación, evaluación, control y gestión de los riesgos relacionados con el clima y cómo estos se integran en el análisis de riesgo de negocio global y en la gestión global del riesgo de la Compañía.

    La identificación, evaluación, control y gestión de los riesgos relevantes relacionados con el clima se incluyen en el Sistema de Gestión de Riesgos de la Compañía a través de las políticas escritas de gestión de los distintos riesgos sobre los cuales el clima puede tener un mayor impacto (Riesgos Operacionales, de Suscripción, de Inversiones, de Concentración y Emergentes). Estas políticas son revisadas y actualizadas una vez al año por el responsable de la Función de Gestión de Riesgos de la Sociedad, y aprobadas por el Consejo de Administración.

    En particular, para evaluar la calidad y los riesgos asociados a sus inversiones la Compañía hace uso de la calificación relativa a los riesgos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) otorgada por un proveedor especializado. La Compañía incorpora estas calificaciones en sus procesos de toma de decisiones de inversión ya que, pese a la dificultad inherente que tiene la cuantificación de los riesgos de sostenibilidad, considera que las calificaciones son adecuadas para poder realizar una evaluación razonable de los riesgos y oportunidades relevantes relacionados con el cambio climático y otros riesgos de sostenibilidad que puedan afectar al activo calificado.

    Adicionalmente, cada año la Compañía realiza una evaluación interna de sus riesgos y solvencia basada en la realización de pruebas de estrés y análisis de sensibilidad para conocer el impacto futuro de escenarios que se consideran potencialmente adversos. Los riesgos relacionados con el clima se han incluido en dicha evaluación, añadiendo una carga de capital específica asociada a la calificación ASG de cada una de las inversiones en cartera. Los resultados de la evaluación interna son presentados por la Dirección General y el titular de la Función de Gestión de Riesgos al Consejo de Administración para su revisión anual y aprobación, en su caso, informándose también a los miembros del Comité de Dirección y a los responsables de las distintas áreas de negocio de la Sociedad, por lo que dicha evaluación constituye un elemento fundamental de la planificación estratégica y la política de gestión del capital de la Sociedad.

    Nuestra Compañía no ha obtenido aún conclusiones definitivas sobre la reciente experiencia de la Pandemia de Covid19. Los fallecidos por esta enfermedad no han supuesto ninguna desviación o impacto reseñable en la mortalidad de nuestros asegurados. Sí parece que a raíz del confinamiento y las medidas sanitarias de contención de la pandemia se produjeron cambios en hábitos, costumbres, salud mental y frecuencia en las revisiones médicas, que podrían estar detrás del apreciable aumento que está experimentando la mortalidad de los españoles (y también del resto de europeos y norteamericanos) por causas no relacionadas con la Covid19. En base a esta experiencia, todavía no es posible atisbar si el aumento de la temperatura supondría o no un incremento de las enfermedades, si se producirían nuevas pandemias, y si convendría incluir o no dicho evento entre los riesgos extraordinarios cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros.


    6. Métricas, escenarios y objetivos utilizados para evaluar y gestionar los riesgos y oportunidades relevantes relacionados con el cambio climático.

    La Compañía utiliza las puntuaciones de ASG del proveedor de datos financieros Refinitiv, las cuales están diseñadas para medir de manera transparente y objetiva el desempeño, el compromiso y la eficacia de las empresas en cartera en relación con sus riesgos ambientales, sociales y de gobernanza. Refinitiv ofrece una de las bases de datos ASG más completas de la industria, ya que cubre a más del 80% de la capitalización del mercado global (más de 11.000 activos) con un historial que se remonta a 2002. La puntuación ASG total correspondiente a una empresa se obtiene de la siguiente manera:

    1. Refinitiv cuenta con más de 150 analistas, con experiencia en los idiomas locales y operando desde diferentes ubicaciones en todo el mundo, que se dedican a recopilar datos ASG. Estos analistas revisan numerosas fuentes de información (Anual reports, Company websites, NGO websites, Stock exchange filings, CSR reports, News sources, etc.). Se aplican diversos métodos (tanto algorítmicos como humanos) para garantizar la calidad de los datos y proceder a incorporarlos en la base de datos. Los datos se clasifican en más de 500 medidas ASG que ayudan a estandarizar la información y a hacerla comparable.

    2. A partir de estas medidas los datos más significativos y comparables se agrupan en 186 grupos de datos que se normalizan para establecer 10 categorías de parámetros ASG, cada una con su propia puntuación. Las diez categorías puntuadas para cada activo son las siguientes:

    • Uso de los recursos: refleja el desempeño y la capacidad del emisor del activo para reducir el uso de materiales, energía o agua, y encontrar soluciones más eco-eficientes.
    • Emisiones: mide el compromiso y la eficacia del emisor del activo para reducir las emisiones ambientales en sus procesos productivos y operativos.
    • Innovación: refleja la capacidad del emisor del activo para reducir los costes ambientales y cargas para sus clientes, creando así nuevas oportunidades de mercado a través de nuevas tecnologías y procesos ambientales, o productos eco-diseñados.
    • Personal laboral: mide la eficacia del emisor del activo en términos de proporcionar satisfacción laboral, un lugar de trabajo saludable y seguro, manteniendo la diversidad y la igualdad de oportunidades, y el desarrollo de oportunidades para sus empleados.
    • Derechos humanos: mide la eficacia del emisor del activo en términos de respeto a las convenciones fundamentales de derechos humanos.
    • Comunidad: mide el compromiso del emisor del activo de ser un buen ciudadano, protegiendo la salud pública y respetando la ética empresarial.
    • Responsabilidad de producto: refleja la capacidad del emisor del activo para producir bienes y servicios de calidad, integrando la seguridad y salud del cliente, y la integridad y la privacidad de los datos.
    • Equipo de gestión: mide el compromiso y la eficacia del emisor del activo siguiendo los principios de las mejores prácticas de gobierno corporativo.
    • Accionistas: mide la eficacia del emisor del activo hacia la igualdad de trato de los accionistas y el uso de estrategias anti-opa.
    • Responsabilidad social corporativa: refleja las prácticas del emisor del activo que integra dimensiones económicas (financieras), sociales y ambientales en sus procesos diarios de toma de decisiones.

    3. Estas 10 categorías se clasifican en 3 pilares para calcular la puntuación ASG total del activo:

    • Ambiental: mide el impacto del emisor del activo en los sistemas naturales vivos y no vivos, incluidos el aire, la tierra y el agua, así como ecosistemas completos. Refleja el grado de adecuación de una empresa para utilizar las mejores prácticas de gestión para evitar los riesgos ambientales y capitalizar las oportunidades ambientales para generar valor a largo plazo para los accionistas. Incluye las categorías de “Uso de recursos”, “Emisiones” e “Innovación”.
    • Social: mide la capacidad del emisor del activo para generar confianza y lealtad con sus empleados, clientes y la sociedad, a través del uso de las mejores prácticas de gestión. Es un reflejo de la reputación de la empresa y la salud de su negocio operativo, que son factores clave para determinar su capacidad de generar valor para los accionistas a largo plazo. Incluye las categorías de “Personal laboral”, “Derechos humanos”, “Comunidad” y “Responsabilidad de producto”.
    • Gobernanza: mide los sistemas y procesos del emisor del activo, que aseguran que los miembros de la junta y los ejecutivos actúen en el mejor interés de sus accionistas a largo plazo. Refleja la capacidad de una empresa, mediante el uso de las mejores prácticas de gestión, para dirigir y controlar sus derechos y responsabilidades mediante la creación de incentivos, así como controles y contrapesos para generar valor a largo plazo para los accionistas. Incluye las categorías de “Equipo de Gestión”, “Accionistas” y “Responsabilidad social corporativa”.

    4. El peso que tiene cada una de las puntuaciones de estos 3 pilares para el cálculo del rating ASG total resulta de una matriz diseñada por Refinitiv que tiene en cuenta el sector del activo en cuestión. El rating se ofrece de manera sencilla tanto en porcentaje como en función de una escala de letras en la que la máxima puntuación se representa por una A+.

    Respecto de su inversión en deuda pública, la Compañía no realiza una medición específica relativa a su sostenibilidad o a posibles riesgos climáticos, ya que por definición se considera que la deuda pública del Reino de España y de otros Estados de la Unión Europea es una inversión plenamente sostenible, a la que por tanto se aplica la máxima calificación de la escala.

    Los edificios propiedad de la Compañía cuentan con una certificación energética otorgada de conformidad con los Reales Decretos 235/2013 y 390/2021, por los que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, la cual es revisada con carácter periódico.

    La Compañía, por tanto, dispone de robustas medidas relacionadas con la identificación, evaluación y gestión de los riesgos climáticos y su medición, en particular en lo que respecta a los activos financieros en cartera. Durante 2022 ninguno de estos activos se ha visto comprometido por riesgos climáticos o que estén relacionados con parámetros ASG.