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    Informe de evaluación del impacto financiero de los riesgos asociados al cambio climático

    Ejercicio 2023


    El objeto de la Ley 7/2021 de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética es facilitar el proceso de descarbonización de la economía española y su transición a un modelo circular que garantice una respuesta adaptativa a los impactos del cambio climático, un uso racional y solidario de los recursos y un desarrollo sostenible que favorezca la creación de empleo y contribuya a erradicar la pobreza y reducir la desigualdad. Este esfuerzo se alinea con los compromisos adquiridos por España al ratificar el Acuerdo de París el 12 de diciembre de 2015, estableciendo un marco para una acción climática global y coordinada. Esta transición debe abordar los mecanismos sociales y económicos centrándose, a su vez, en trabajadores, industrias y organizaciones que serán quienes afrontarán los retos más importantes provocados por el cambio climático.

    Para lograr un modelo sostenible debe tenerse en cuenta la satisfacción de las necesidades presentes sin comprometer las necesidades y posibilidades de generaciones futuras. Todo ello puede tener importantes consecuencias a medio y largo plazo en la evolución de los mercados o la depreciación de determinados activos. Por esta razón, se crea la obligación y la necesidad de trabajar en la identificación, evaluación y gestión de los riesgos climáticos.

    El art. 32.2 de esta Ley establece que las entidades aseguradoras divulgarán y remitirán a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones un informe de carácter anual, en el que se haga una evaluación del impacto financiero sobre la propia entidad de los riesgos asociados al cambio climático generados por la exposición a este de su actividad, incluyendo los riesgos de la transición hacia una economía sostenible y las medidas que se adopten para hacer frente a dichos riesgos.

    Para dar cumplimiento a lo anterior, nuestra Compañía elabora el presente Informe de Evaluación del Impacto Financiero de los Riesgos Asociados al Cambio Climático referente al ejercicio 2023, recogiendo, a falta de un real decreto que desarrolle su contenido, los aspectos establecidos en el art. 32.5 de la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética.


    1. Actividad de la Compañía y riesgos y oportunidades existentes y futuros relacionados con el clima.

    La penetración del sector asegurador en países desarrollados como el nuestro es elevada. Gracias a ello muchas de las pérdidas económicas generadas por eventos relacionados con el cambio climático podrían ser soportadas en gran medida por el sector asegurador, aumentando de este modo la resistencia financiera de aquellas personas directamente afectadas por eventos adversos.

    La brecha de protección del seguro (diferencia entre la cobertura de seguros necesaria y la cobertura efectivamente adquirida) representa el potencial daño financiero generado por catástrofes y no cubierto por el seguro. Gracias a la diversificación de riesgos, esta brecha se reduce considerablemente, a nivel individual, sin por ello poner en peligro la capacidad financiera del sector asegurador, conforme se aplica la ley de los grandes números al aumentar la contratación de productos aseguradores sobre daños, e incluso sobre la propia vida, si bien el riesgo de aumento de la mortalidad a consecuencia del cambio climático disminuye también en proporción a la mayor capacidad de adaptación que tenga la sociedad, la cual está ligada al desarrollo y al avance tecnológico de la economía, que en España ha alcanzado un grado muy elevado.

    Precisamente, es necesario destacar que la actividad de la Compañía se centra en la comercialización de seguros de vida clásicos con capital garantizado, diseñados para que las personas puedan realizar una adecuada planificación financiera que les permita proteger a su familia en caso de fallecimiento, y tener la necesaria seguridad económica ante la contingencia de jubilación.

    Por tanto, como empresa de servicios de aseguramiento especializada en los riesgos asociados a la vida humana, nuestra Sociedad no está expuesta a riesgos significativos relacionados con el cambio climático, ni por motivo de su operativa habitual ni por motivo de su actividad económica, más allá de la eventual influencia que pudiera tener el cambio climático sobre la salud y el modo de vida en general de las personas afectando a su expectativa de vida. A su vez, en relación con los riesgos de sostenibilidad de tipo social, la actividad de nuestra Compañía contribuye muy positivamente al desarrollo de la sociedad a corto, medio y largo plazo, puesto que, gracias a la mutualización de los riesgos, logra mejorar la seguridad económica y la tranquilidad de un gran número de agentes económicos frente a las incertidumbres que podría depararles el futuro.

    A través del reaseguro las compañías aseguradoras como la nuestra ceden parte de sus riesgos a otras entidades llamadas reaseguradoras, estableciendo un límite a partir del cual, en caso de siniestro, la reaseguradora se hará cargo de las indemnizaciones que corresponderían a la compañía aseguradora. De este modo, incluso un hecho catastrófico que provocase un incremento general de la mortalidad tan extendido que pudiera impactar desfavorablemente en las cuentas de nuestra Compañía, se vería mitigado gracias al reaseguro. Y, en todo caso, gracias a la existencia del Consorcio de Compensación de Seguros, en cuyo origen tuvo un papel fundamental y precursor el fundador de nuestra Compañía, D. Jesús Huerta Peña, los riesgos extraordinarios (inundaciones, tornados, tempestades ciclónicas atípicas o vientos fuertes superiores a 120 km/h, etc.) se encuentran cubiertos por dicha entidad pública empresarial, a través del pago de un recargo que se incluye en la prima de todas las pólizas de seguros contra daños, vida y accidentes contratadas en España.

    Teniendo en cuenta lo anterior, la actividad de nuestra Sociedad tampoco se encuentra expuesta en modo significativo a los posibles riesgos de transición que surgen como consecuencia de la transición hacia una economía baja en carbono y con capacidad de adaptación y recuperación ante cambios en el clima.

    Finalmente, como parte de su actividad la Compañía desarrolla una importante función inversora con el objetivo de lograr una rentabilidad previsible y segura a largo plazo que le permita hacer frente a sus compromisos aseguradores. Las empresas, activos y modelos de negocio subyacentes a dichas inversiones están bien diversificados, pudiendo, sin embargo, estos sí, verse individualmente expuestos a riesgos relacionados con el clima, lo cual a su vez podría afectar al valor de estas inversiones o a su rentabilidad. A estos efectos nuestra Sociedad siempre procura analizar sus inversiones con una perspectiva de muy largo plazo, evitando aquellas con un perfil más arriesgado o poco sostenible y a igualdad de circunstancias dando preferencia a aquellas que se encuentran menos expuestas al riesgo de cambio climático.

    Por tanto a corto y medio plazo no se anticipan riesgos significativos relacionados con el cambio climático, si bien a largo plazo podrían existir riesgos poco materiales relacionados con alguna de las inversiones en cartera o con el aumento de los costes operativos de la sociedad, considerándose por otro lado muy remoto que se llegue a producir una abrupta reducción de la esperanza de vida general de la población.


    2. Funciones que desempeñan los distintos órganos de la estructura de gobierno de la Sociedad en relación con la identificación, evaluación y gestión de los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático.

    El Consejo de Administración de la Compañía es el órgano encargado de definir, entre otros aspectos, la estrategia y el modelo de negocio de la Sociedad, y de aprobar las políticas escritas que conforman su Sistema de Gestión de Riesgos, actualizándolas y controlando anualmente su evolución y cumplimiento. En dichas políticas se identifican y evalúan los riesgos ambientales asociados al cambio climático que podrían afectar a la Compañía, y se establecen, en caso necesario, las medidas mitigadoras oportunas.

    La Dirección General nombrada por el Consejo de Administración establece los principios y compromisos en relación con la responsabilidad medioambiental y social de la Compañía, y supervisa la integración de la información financiera y no financiera de carácter ambiental, social y de gobierno corporativo, informando al Consejo sobre todas las cuestiones relevantes relacionadas con el clima que afecten a la Sociedad.

    La Función de Gestión de Riesgos a través de su responsable analiza el impacto concreto que sobre la Compañía podrían tener los riesgos climáticos y propone las modificaciones que correspondan en las distintas políticas de gestión de riesgos. En particular los riesgos climáticos se desarrollan en las Políticas de Gestión de los Riesgos de Suscripción, de Concentración, Operacional y de Inversión, además de en el Inventario de Riesgos Emergentes.

    Los diferentes Departamentos Operativos de la Compañía contribuyen periódicamente al desempeño de ésta con respecto a cada programa ambiental en vigor, incluyendo el seguimiento de aquellas líneas de acción relacionadas con el cambio climático y tratando de minimizar, en su día a día, el consumo de recursos y energía.


    3. El enfoque estratégico, tanto en términos de adaptación como de mitigación, para gestionar los riesgos financieros asociados al cambio climático que afectan a la Compañía, teniendo en cuenta los riesgos ya existentes y los que puedan surgir en el futuro, identificando las acciones necesarias en dicho momento para la mitigación de tales riesgos.

    Para cuantificar impactos apreciables, la Compañía debe suponer escenarios muy hipotéticos y casi nulos debido a que su actividad no está particularmente expuesta a los riesgos climáticos. Es decir, si se produjera un aumento de la temperatura o de los fenómenos meteorológicos extremos, el modelo de negocio de la Compañía no sufriría un impacto significativo y, desde el punto de vista operacional, la actividad de la Sociedad se vería impactada en la misma forma en la que también lo fueran otras empresas de servicios cuyo centro administrativo estuviera ubicado en la ciudad de Madrid. Por este motivo, la Compañía no se centra en implementar medidas que mitiguen estas posibles situaciones extremas, sino que se centra en apoyar y colaborar para minimizar el riesgo de cambio climático general, aplicando medidas y políticas más sostenibles como reducir su huella de carbono.

    La Compañía ha logrado durante los últimos años una reducción apreciable de los consumos energéticos de todas sus oficinas e inmuebles en alquiler. Para ello se han implementado diversas medidas de ahorro que permiten reducir el consumo energético y la huella de carbono producidos. Entre otras, se ha dotado de repartidores de coste y válvulas termostáticas de corte automático a los sistemas de calefacción central; se han incorporado medidas de ahorro y eficiencia energética tales como la mejora de algunos aislamientos; se han instalado placas solares fotovoltaicas para cubrir la demanda de energía eléctrica de las zonas comunes de 19 edificios destinados al arrendamiento; se ha generalizado el uso de la iluminación LED; se ha incrementado el uso de las tecnologías informáticas para reducir los viajes del personal y el consumo de papel; y se ha cubierto la demanda de electricidad de las oficinas centrales de la Sociedad con la producción de energía eléctrica mediante paneles solares fotovoltaicos instalados en la sede social.

    Cabe destacar que la Compañía no desarrolla una actividad particularmente contaminante ni intensiva en la producción de gases de efecto invernadero, por lo que tampoco se vería sensiblemente afectada por los riesgos de transición y en particular por el aumento de las regulaciones o la presión social encaminados a reducir las emisiones de CO2.

    Un escenario de catástrofe climática en el que el descontrol del clima llegase a producir una grave y prolongada crisis económica o social sí podría tener un impacto negativo sobre la Compañía. No obstante, las probabilidades de este escenario tan catastrófico se consideran prácticamente nulas, especialmente teniendo en cuenta que los cambios climáticos son por naturaleza de lento desarrollo, lo que daría tiempo a la Compañía y al resto de la sociedad para poder adaptarse, o al menos mitigar, los impactos más negativos. En cualquier caso, todos los edificios e instalaciones de la Compañía se encuentran debidamente asegurados contra daños, y por ello, en el hipotético caso de que a consecuencia del cambio climático aumentase el riesgo físico de siniestro, a través del reaseguro y el propio Consorcio de Compensación de Seguros, dichos riesgos se verían mitigados de manera muy sustancial.

    Por otro lado, también hay que ponderar que en todo el mundo se están realizando o se encuentran planificadas elevadas inversiones en los próximos años con el objetivo de reducir la producción y presencia en la atmósfera de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Estas inversiones pueden constituir una oportunidad relacionada con el clima, si bien también consumen recursos que podrían emplearse en otras actividades productivas, y en la medida en que no resultasen útiles para reducir el calentamiento global (bien porque las predicciones sean poco precisas o exageradas, o bien porque a pesar de las inversiones realizadas, el aumento de las temperaturas se produzca de todos modos), el ritmo de desarrollo económico mundial podría verse disminuido sin lograrse nada a cambio, con la consiguiente pérdida de competitividad y bienestar social. No obstante, esta posibilidad tampoco supone un riesgo elevado para la Compañía porque, por un lado, realiza una actividad poco expuesta a los riesgos climáticos y, por otro, porque el posible impacto financiero sufrido debido una hipotética recesión económica de origen climático estaría en línea con el sufrido por el resto de la economía.


    4. Impactos reales y potenciales de los riesgos físicos y de transición, así como de las oportunidades asociadas al cambio climático, en las actividades de la Compañía y su estrategia, así como en su planificación financiera.

    Como empresa familiar y responsable la Sociedad es gestionada a largo plazo con criterios basados en la solidaridad intergeneracional y en consonancia con el carácter, también a largo plazo, de las garantías de capital de los seguros de vida clásicos que suscribe con sus clientes

    En este sentido, y teniendo en cuenta la importancia que proyecta la Compañía hacia el futuro y el largo plazo, el apoyo a las generaciones futuras y sus necesidades forma parte de la esencia de la organización. Por tanto, la Sociedad es un proyecto empresarial plenamente sostenible que vigila continuamente los factores y riesgos de sostenibilidad que le pudieran afectar para conseguir este objetivo, tanto en su ámbito de actuación directa, como en relación con su actividad inversora.

    A este respecto, la cartera de inversiones de la Compañía se concentra en deuda pública del Reino de España la cual, por definición, es una inversión muy segura, sostenible y socialmente responsable. Además, la Compañía realiza una gestión pasiva de su cartera de inversiones, con un horizonte temporal a muy largo plazo. Por tanto, los riesgos de sostenibilidad de la cartera son poco significativos, y se tienen en cuenta en general desde un punto de vista principalmente cualitativo evaluando la capacidad que tienen las empresas en cartera para seguir generando una rentabilidad estable y creciente a largo plazo.

    Las inversiones que realiza la Compañía son poco relevantes en relación con el tamaño de las empresas en las que se invierte, por lo que la actividad inversora de la Compañía no tiene un impacto apreciable en los riesgos y factores de sostenibilidad de sus inversiones. Por otro lado, con carácter general, la Compañía no participa en la gestión de las empresas participadas y tampoco desarrolla una política de inversión activa en relación con sus derechos de voto. Por estos motivos, la Compañía no realiza un seguimiento estrecho de los posibles impactos negativos que puedan tener sus decisiones de inversión en los factores de sostenibilidad de las empresas en las que invierte estando, como ya se ha indicado, la cartera de inversiones muy concentrada en deuda pública del Reino de España.

    Debe destacarse que la Compañía no comercializa productos calificados o publicitados como sostenibles, si bien en caso de que dichos productos llegaran a desarrollarse, la estrategia y decisiones de inversión relativas a la cartera de inversiones asociadas a dichos productos reflejarían las preferencias de inversión de sus clientes.

    La política de remuneraciones de la Sociedad es coherente con la minimización e integración de los riesgos de sostenibilidad gracias al reducido peso y el diferimiento que tienen las remuneraciones variables de sus máximos responsables, a su prolongada vinculación con la Compañía y a la concentración de las inversiones en deuda soberana, todo lo cual favorece una gestión sana y prudente basada en la excelencia reputacional y la visión a largo plazo que son propias de una empresa familiar y, por tanto, plenamente sostenible.

    La Sociedad no identifica impactos significativos probables en su cadena de valor o de suministro en relación con riesgos asociados al cambio climático o en relación con oportunidades relativas al mismo. Como se ha indicado en los puntos anteriores los posibles impactos previstos no afectarían en modo significativo al desempeño financiero de la organización ni a su situación financiera. Los riesgos asociados al cambio climático se tienen en cuenta en la planificación financiera desde un punto de vista cualitativo y se cuantifican a medida que los mismos pasan a tener un impacto material previsible a corto y medio plazo.


    5. Procesos de identificación, evaluación, control y gestión de los riesgos físicos y de transición relacionados con el clima y cómo estos se integran en el análisis de riesgo de negocio global y en la gestión global del riesgo de la Compañía.

    La identificación, evaluación, control y gestión de los riesgos relevantes relacionados con el clima se incluyen en el Sistema de Gestión de Riesgos de la Compañía a través de las políticas escritas de gestión de los distintos riesgos sobre los cuales el clima puede tener un mayor impacto (Riesgos Operacionales, de Suscripción, de Inversiones, de Concentración y Emergentes). Estas políticas son revisadas y actualizadas una vez al año por el responsable de la Función de Gestión de Riesgos de la Sociedad, y aprobadas por el Consejo de Administración.

    En particular, para evaluar la calidad y los riesgos asociados a sus inversiones la Compañía hace uso de la calificación relativa a los riesgos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) otorgada por un proveedor especializado. La Compañía incorpora estas calificaciones en sus procesos de toma de decisiones de inversión ya que, pese a la dificultad inherente que tiene la cuantificación de los riesgos de sostenibilidad, considera que las calificaciones son adecuadas para poder realizar una evaluación razonable del tamaño y ámbito potencial de los riesgos y oportunidades relevantes relacionados con el cambio climático y otros riesgos de sostenibilidad que puedan afectar al activo calificado.

    Adicionalmente, cada año la Compañía realiza una evaluación interna de sus riesgos y solvencia basada en la realización de pruebas de estrés y análisis de sensibilidad para conocer el impacto futuro de escenarios que se consideran potencialmente adversos. Los riesgos relacionados con el clima se han incluido en dicha evaluación, añadiendo una carga de capital específica asociada a la calificación ASG de cada una de las inversiones en cartera. Los resultados de la evaluación interna son presentados por la Dirección General y el titular de la Función de Gestión de Riesgos al Consejo de Administración para su revisión anual y aprobación, en su caso, informándose también a los miembros del Comité de Dirección y a los responsables de las distintas áreas de negocio de la Sociedad, por lo que dicha evaluación constituye un elemento fundamental de la planificación estratégica y la política de gestión del capital de la Sociedad.

    Concretamente, los riesgos inherentes al cambio climático y otros riesgos de sostenibilidad se subsumen en la categoría de “riesgos emergentes”, que se definen como aquellos que no representan una amenaza a corto plazo pero que tienen el potencial de afectar significativamente a la situación de la empresa en el futuro. En el contexto de la Compañía, adquieren mayor relevancia los riesgos de transición (legales, tecnológicos, de mercado y reputacionales) que surgen como consecuencia de la transición hacia una economía baja en carbono, que los riesgos físicos que son aquellos a los que se enfrentaría la Compañía como consecuencia de los efectos físicos producidos por el cambio climático y que pueden ser agudos o consecuencia de acontecimientos puntuales (ej. tormentas u olas de calor), o crónicos como consecuencia de cambios en el clima a largo plazo (ej. menor disponibilidad de agua, aumentos de la temperatura).


    6. Métricas, escenarios y objetivos utilizados para evaluar y gestionar los riesgos y oportunidades relevantes relacionados con el cambio climático.

    La Compañía utiliza las puntuaciones de ASG del proveedor de datos financieros Bloomberg, las cuales están diseñadas para medir de manera transparente y objetiva el desempeño, el compromiso y la eficacia de las empresas en cartera en relación con sus riesgos ambientales, sociales y de gobernanza. Bloomberg ofrece una de las bases de datos ASG más completas de la industria, ya que cubre a más del 90% de la capitalización del mercado global (más de 15.000 activos en 100 países) con un historial que se remonta a 2006. La puntuación ASG total correspondiente a una empresa se obtiene de la siguiente manera:

    1. Bloomberg cuenta con más de 400 analistas, con experiencia en los idiomas locales y operando desde diferentes ubicaciones en todo el mundo, que se dedican a recopilar datos ASG. Estos analistas revisan numerosas fuentes de información (Anual reports, Company websites, NGO websites, Stock exchange filings, CSR reports, News sources, etc.). Se aplican diversos métodos (tanto algorítmicos como humanos) para garantizar la calidad de los datos y proceder a incorporarlos en la base de datos. Los datos se clasifican en más de 5.400 campos reportados de ASG que ayudan a estandarizar la información y a hacerla comparable.

    2. A partir de estas medidas los datos más significativos y comparables son accesibles desde 12 bloques de categorías que, con respecto a la clasificación ASG principal y reconocida por el mercado, agrupan la información en los siguientes puntos:

    • Cambio Climático: proporciona métricas centradas en la huella de carbono de la empresa, las emisiones de gases de efecto invernadero y las iniciativas para mitigar el impacto del cambio climático.
    • Capital Natural y Biodiversidad: Este epígrafe evalúa cómo una empresa gestiona su impacto en los recursos naturales y la biodiversidad en sus operaciones.
    • Energía: Incluye la evaluación de la eficiencia en el uso de la energía de la empresa, la adopción de fuentes renovables y las estrategias generales de gestión eléctrica.
    • Comunidad y Clientes: Observa el compromiso de la empresa con las poblaciones locales y el impacto de sus productos y servicios en los clientes.
    • Compensación: Métricas que revisan la equidad y competitividad de la compensación de los empleados, incluyendo la igualdad salarial y las prácticas de pago de ejecutivos.
    • Capital Humano: Considera la inversión de la empresa en el desarrollo de los empleados, la retención de talento y la satisfacción general de la fuerza laboral.
    • Prácticas Empresariales: Evalúa los procedimientos éticos, las medidas anticorrupción y el comportamiento competitivo.
    • Finanzas Ambientales: Se enfoca en el apoyo financiero de la empresa para iniciativas medioambientales e inversiones verdes.
    • Cadena de Valor: Examina la sostenibilidad y el impacto social del ciclo del producto o servicio que provee la empresa, desde los proveedores hasta el producto final.
    • Composición del Consejo: Evalúa la diversidad, habilidades e independencia de los miembros del consejo de administración de la empresa.
    • Derechos de los Accionistas: Mide cómo una empresa respeta los intereses de sus accionistas.
    • Cadena de Suministro: Observa la gestión de cuestiones ambientales y sociales dentro de la cadena de producción.
    • Auditoría y Supervisión: Involucra la efectividad de las auditorías internas y los procedimientos de gestión de riesgos en roles de supervisión.
    • Estructura Ejecutiva: Revisa las estructuras de gobernanza para los ejecutivos, incluyendo roles, responsabilidades, controles y equilibrios.
    • Exposición Sectorial: Analiza la exposición de la empresa y la gestión de los riesgos específicos de su industria.
    • Esclavitud Moderna: Se centra en los esfuerzos de la empresa para prevenir el trabajo forzado y la trata de personas dentro de sus operaciones y cadena de suministro.

    3. Los puntos anteriores permiten clasificar en 3 pilares ASG para calcular la puntuación total del activo:

    • Ambiental: mide el impacto del emisor del activo en los sistemas naturales vivos y no vivos, incluidos el aire, la tierra y el agua, así como ecosistemas completos. Refleja el grado de adecuación de una empresa para utilizar las mejores prácticas de gestión para evitar los riesgos ambientales y capitalizar las oportunidades ambientales para generar valor a largo plazo para los accionistas. Incluye las categorías de “Uso de recursos”, “Emisiones” e “Innovación”.
    • Social: mide la capacidad del emisor del activo para generar confianza y lealtad con sus empleados, clientes y la sociedad, a través del uso de las mejores prácticas de gestión. Es un reflejo de la reputación de la empresa y la salud de su negocio operativo, que son factores clave para determinar su capacidad de generar valor para los accionistas a largo plazo. Incluye las categorías de “Personal laboral”, “Derechos humanos”, “Comunidad” y “Responsabilidad de producto”.
    • Gobernanza: mide los sistemas y procesos del emisor del activo, que aseguran que los miembros de la junta y los ejecutivos actúen en el mejor interés de sus accionistas a largo plazo. Refleja la capacidad de una empresa, mediante el uso de las mejores prácticas de gestión, para dirigir y controlar sus derechos y responsabilidades mediante la creación de incentivos, así como controles y contrapesos para generar valor a largo plazo para los accionistas. Incluye las categorías de “Equipo de Gestión”, “Accionistas” y “Responsabilidad social corporativa”.

    4. El peso que tiene cada una de las puntuaciones de estos 3 pilares para el cálculo del rating ASG total resulta de una matriz que tiene en cuenta el sector del activo en cuestión. El rating se ofrece de manera sencilla tanto en porcentaje como en función de una escala de letras en la que la máxima puntuación se representa por una “A+”.

    Respecto de su inversión en deuda pública, la Compañía no realiza una medición específica relativa a su sostenibilidad o a posibles riesgos climáticos, ya que por definición se considera que la deuda pública del Reino de España y de otros Estados de la Unión Europea es una inversión plenamente sostenible, a la que por tanto se aplica la máxima calificación de la escala.

    Los edificios propiedad de la Compañía cuentan con una certificación energética otorgada de conformidad con los Reales Decretos 235/2013 y 390/2021, por los que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, la cual es revisada con carácter periódico.

    La Compañía, por tanto, dispone de robustas medidas relacionadas con la identificación, evaluación y gestión de los riesgos climáticos y su medición, en particular en lo que respecta a los activos financieros en cartera. Durante 2023 ninguno de estos activos se ha visto comprometido por riesgos climáticos o que estén relacionados con parámetros ASG. Al cierre del ejercicio la calificación media de la cartera era de “A+” habiéndose considerado que la deuda pública cuenta con la máxima calificación posible. El objetivo de la Sociedad es mantener una calificación de al menos “A”.

    La remuneración de los trabajadores, directivos y miembros del consejo de administración no está ligada a la consecución de objetivos climáticos.